El 30,9%, de mujeres entre 15 y 17 años ha sido víctima de violencia sexual. Causa alerta que parte de esta violencia es perpetrada por sus compañeros de clase, quienes comparten o venden imágenes con connotación sexual y hasta de violaciones en chats grupales. El Ministerio de Educación ha denunciado casos en Quito y Guayaquil. […]
El 30,9%, de mujeres entre 15 y 17 años ha sido víctima de violencia sexual. Causa alerta que parte de esta violencia es perpetrada por sus compañeros de clase, quienes comparten o venden imágenes con connotación sexual y hasta de violaciones en chats grupales. El Ministerio de Educación ha denunciado casos en Quito y Guayaquil.
En Ecuador, el 30,9% de mujeres entre 15 y 17 años ha sido víctima de violencia sexual, aunque comunmente estos abusos son perpetrados por personas mayores –dos casos en colegios de Quito y Guayaquil– dejan en evidencia que hay abuso y hasta violaciones entre estudiantes.
Uno de los casos más sonados es el colegio particular SEK de Guayaquil. Los compañeros de dos estudiantes las habrían violado en un paseo en Punta Cana. Además, dichos alumnos y otros 30 jóvenes habrían creado chats en los que comparten fotos y videos de sus compañeras. Los mensajes tienen contenido catalogado como pornografía infantil y, según el abogado de una de las víctimas, Fernando Rosero, habrían grabaciones de violaciones.
Ante esto, el Ministerio de Educación colocó una denuncia en la Fiscalía. Sin embargo, este caso es solo la punta del iceberg.
Violencia digital
El mismo 12 de marzo, el Ministerio de Educación informó sobre la «vulneración de derechos de connotación sexual por medios digitales» en la institución particular ‘La Salle’ de Quito.
Dicho establecimiento habría enviado un comunicado que reza: «Con fecha 16 de febrero, el Distrito D08 Los Chillos avocó conocimiento del presunto hecho de violencia», y destacó que se activaron «de forma inmediata» las rutas y protocolos de actuación frente a estas situaciones. Pero no se han dado más detalles del hecho.
En Ecuador, los crímenes contra menores de edad – más de la mitad mujeres– han aumentado casi ocho veces desde 2020.
Los espacios donde más abusos existen a mujeres menores de edad son en el ámbito social (fiestas, talleres extracurriculares), con un 35,5%, mientras que un 18,4% pasan en el sector educativo; 21,4% en el entorno familiar y 7,8% en otros ámbitos.
La principal forma de violencia recibida es la psicológica seguida de la sexual. Esta violencia, que también representa acoso o bullying, puede afectar psicológicamente a las menores a tal grado de provocar el suicidio. Un ejemplo de esto sucedió en el colegio Mejía de Quito, donde Johana B., de segundo de bachillerato, se quitó la vida tras ser agredida por sus compañeros.
Un año después del hecho, el 7 de marzo de 2024, un juez sentenció, por delito de odio, a cuatro años de internamiento institucional a un adolescente quien fue señalado como el victimario de Johana B.
En abril de 2023, el padre de la joven contó que su hija fue víctima de agresiones verbales y físicas durante al menos un año y que, aunque lo denunció a las autoridades, no fue escuchada.
Según datos oficiales, en el nivel de educación general básica y bachillerato general unificado se han detectado niveles altos “de conflicto entre amigos que pueden afectar el normal desarrollo».
En lo que va de 2024, ya se contabilizan 58 casos de violencia sexual en el sistema escolar. El Ministerio de Educación no ha presentado un nuevo plan de prevención de estos actos que desde hace una década suman casi 24.000 víctimas. (AVV)
El 90% de las víctimas de violencia sexual en el sistema educativo corresponde a mujeres.
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